Un tesoro silvestre entre tomillares y laderas: la salvia murciana
En las montañas semiáridas de la Región de Murcia, donde los suelos pedregosos y el sol abrasador moldean con firmeza el paisaje, florece una planta discreta pero poderosa: la salvia (Salvia officinalis y sus variantes locales). Con su característico aroma alcanforado y sus hojas grisáceas, esta planta no solo es protagonista de múltiples remedios tradicionales, sino también un emblema botánico profundamente enraizado en la cultura local.
En este artículo, exploramos en profundidad la presencia de la salvia en Murcia: sus propiedades medicinales, su uso en la medicina popular, y el valor cultural que ha mantenido vivo su conocimiento generación tras generación.
¿Qué tipo de salvia crece en la Región de Murcia?
Aunque el género Salvia incluye más de 900 especies a nivel mundial, en Murcia predominan tres especies autóctonas o naturalizadas de notable interés:
- Salvia lavandulifolia: también conocida como salvia española. Se trata de una mata leñosa aromática, de porte bajo, habitual en laderas secas con exposición solar intensa. Está bien adaptada a las condiciones del sureste ibérico.
- Salvia officinalis subsp. lavandulifolia: usada tradicionalmente en infusiones y remedios caseros. En muchas zonas se cultiva en jardines por sus propiedades y su valor ornamental.
- Salvia verbenaca: menos aromática, pero también utilizada en preparación de tisanas y como forraje silvestre.
Además, en algunas áreas del noroeste murciano, como en Sierra Espuña o la sierra de La Pila, se han localizado poblaciones con características morfológicas propias, lo que ha despertado el interés de botánicos locales como el Dr. Pedro Martínez Morales, de la Universidad de Murcia, quien nos comenta: “Estamos estudiando diferencias genéticas entre poblaciones del sudeste ibérico que podrían indicar una subespecie endémica aún no descrita”.
Sabiduría popular: usos medicinales de la salvia
El dicho murciano “la salvia todo lo salva” resume bien el uso amplio que esta planta ha tenido en la medicina tradicional. Sus propiedades no son fruto solo de la creencia popular: numerosos estudios científicos han confirmado sus efectos antisépticos, antiinflamatorios, digestivos y neuroprotectores.
A partir de las hojas recolectadas en primavera (cuando la concentración de aceites esenciales está en su punto óptimo), las comunidades rurales elaboraban preparaciones caseras como:
- Infusiones digestivas: una cucharadita de hojas secas en agua caliente ayuda a aliviar pesadez estomacal, gases y cólicos.
- Gargarismos: para tratar afecciones de garganta y encías inflamadas. El efecto astringente y desinfectante de la salvia era bien conocido por curanderos y boticarios.
- Cataplasmas: hojas machacadas con aceite de oliva aplicadas sobre heridas o picaduras para calmar y desinfectar.
- Alivio de molestias menstruales: algunas comarcas del Altiplano usaban infusión de salvia para regular el ciclo menstrual o aliviar dolores menstruales leves.
Además, investigaciones recientes han mostrado que ciertos componentes de su aceite esencial, como el ácido rosmarínico y el cineol, tienen potencial neuroprotector, abriéndose líneas de estudio para enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
Entre tradición y paisaje: la recolección de salvia
Hasta bien entrado el siglo XX, recolectar salvia en primavera era una actividad habitual en áreas de monte bajo, especialmente en los términos rurales de Lorca, Jumilla o Yecla. Era común ver a mujeres y niños junto a pastores y agricultores compaginar el pastoreo o el labrantío con la recogida de “mata santa”, como también se la conocía en algunas pedanías del Noroeste.
María del Carmen Ruiz, vecina de Zarzadilla de Totana de 82 años, recuerda así aquellos días: “Mi abuela nos llevaba al monte con una cesta de palma. Cogíamos salvia, espliego y tomillo. Luego lo secábamos al aire y lo guardábamos en frascos de vidrio oscuro. Nos servía para todo: el estómago, los nervios, y hasta para los resfriados”.
Actualmente, la recolección de salvia silvestre se ha reducido significativamente, tanto por la despoblación rural como por la normativa ambiental que protege el acceso a ciertos hábitats frágiles. Sin embargo, algunas iniciativas de agricultura ecológica están retomando su cultivo, como en las sierras de Moratalla y en pequeñas explotaciones de Mazarrón.
Un valor cultural en riesgo de olvido
Aunque muchas de las propiedades de la salvia están bien documentadas científicamente, su uso cotidiano ha disminuido drásticamente, sobre todo en núcleos urbanos. El conocimiento etnobotánico asociado a esta planta —cómo, cuándo y cuánto recolectar; cómo secar adecuadamente las hojas o cómo combinarla con otras plantas— se encuentra hoy disperso y muchas veces relegado a la memoria de los mayores.
Los expertos alertan de que si no se documentan y transmiten estos saberes, podrían perderse en una o dos generaciones. Desde el Instituto de Estudios Murcianos se han impulsado programas de grabación de testimonios orales y talleres de fitoterapia impartidos por expertos locales, buscando precisamente preservar esta valiosa herencia inmaterial.
La salvia como aliada de la biodiversidad
Más allá de sus beneficios para los humanos, la salvia también cumple un papel relevante en los ecosistemas murcianos. Al formar parte del matorral mediterráneo, sus flores son fuente de néctar para abejas, mariposas y otros insectos polinizadores, especialmente en primavera.
Además, al tratarse de una planta aromática rica en aceites esenciales, raramente es consumida por herbívoros —lo que la convierte en una especie protectora para otras plantas más vulnerables— y actúa como refugio para fauna menor. En zonas afectadas por incendios o sobrepastoreo, se ha observado que la salvia es una de las primeras especies pioneras en recolonizar el terreno, ayudando a la recuperación del suelo.
¿Podemos contribuir a su conservación desde casa?
Definitivamente, sí. Pequeños gestos pueden tener gran impacto en la conservación de nuestras plantas autóctonas:
- Evita la recolección indiscriminada: si quieres recolectar salvia silvestre, asegúrate de hacerlo de forma sostenible, tomando solo una pequeña parte y nunca arrancando la planta completa.
- Apuesta por el cultivo local: cada vez más viveros en Murcia ofrecen plantas aromáticas producidas sin pesticidas. Cultivar una salvia en tu balcón o jardín fomenta la biodiversidad urbana.
- Participa en talleres o rutas botánicas: asociaciones locales como ANSE o el Grupo de Botánica de la UM organizan salidas para reconocer plantas autóctonas, lo cual es una forma estupenda de aprender y conectar con nuestro entorno.
- Comparte el conocimiento: si en tu familia hay alguien que aún prepara infusiones o ungüentos tradicionales, escucha, pregunta y anota. Cada receta es una cápsula de historia viva.
Del monte al botiquín natural
En un momento en que gran parte del conocimiento natural se ha delegado a laboratorios y prospectos farmacéuticos, recuperar la relación directa con plantas como la salvia puede ser no solo terapéutico, sino también reconfortante.
Murcia posee un patrimonio vegetal que muchos países envidiarían, y la salvia murciana es una prueba viva de cómo ecología, tradición y salud pueden coexistir. Redescubrirla con respeto es también una forma de proteger nuestras raíces.
Y tú, ¿cuándo fue la última vez que preparaste una infusión de salvia? Quizá este fin de semana sea el momento perfecto para reconectar con sus aromas y su historia.