En los últimos años, la creciente demanda de plantas medicinales ha llevado a una revalorización de nuestra flora autóctona, especialmente en la Región de Murcia. Sin embargo, este renovado interés también plantea retos concretos para garantizar una recolección que no ponga en peligro el equilibrio de los ecosistemas. Frente a esta situación, diversas iniciativas ciudadanas han comenzado a tomar protagonismo, fomentando prácticas responsables que combinan tradición, ciencia y conservación.
Del monte a la botica: cultura popular y peligros modernos
Desde generaciones, muchas familias de zonas rurales de Murcia han utilizado plantas como el romero (Rosmarinus officinalis), la salvia (Salvia officinalis), el espliego (Lavandula latifolia) o la manzanilla (Matricaria chamomilla) para aliviar todo tipo de dolencias. Esta sabiduría popular forma parte del patrimonio inmaterial de nuestra región.
El problema surge cuando este saber ancestral se emplea sin tener en cuenta la capacidad de regeneración de las especies. Los arranques indiscriminados, el uso de herramientas agresivas, o la extracción en épocas de floración o fructificación afectan directamente a la supervivencia de estas plantas y de los insectos polinizadores que dependen de ellas.
¿Qué podemos hacer al respecto? Una de las respuestas más efectivas está viniendo directamente desde la ciudadanía comprometida.
Colectivos que cuidan antes de cortar
En Cieza, por ejemplo, la asociación “Alihuen”, integrada por vecinos, docentes y agricultores ecológicos, lleva más de cinco años organizando salidas educativas al entorno del Parque Regional de la Sierra de la Pila. Durante estas excursiones, los participantes aprenden a identificar especies medicinales, a distinguirlas de otras con propiedades tóxicas, y sobre todo, a recolectarlas con criterios de sostenibilidad:
- Se utilizan tijeras de poda, nunca se arranca la planta de raíz.
- Se respeta al menos el 70% del ejemplar o de la población de una especie.
- No se recolectan especies en floración, ni en áreas con evidentes signos de sobreexplotación.
En palabras de Catalina López, bióloga local y coordinadora del proyecto: “Recoger plantas medicinales puede ser una actividad terapéutica, pero siempre debe hacerse con cabeza. Enseñamos a desaprender algunos hábitos muy arraigados que, aunque bien intencionados, pueden tener efectos muy negativos sobre la biodiversidad.”
Las apps que te enseñan a recolectar sin destruir
Además del trabajo presencial, han surgido en los últimos años herramientas digitales para mejorar nuestras decisiones en el campo. Una de ellas es la aplicación móvil HerborizaMurcia, desarrollada por un grupo de estudiantes y docentes de la Universidad de Murcia. Esta app ofrece geolocalización para evitar la recolección en zonas protegidas y fichas de más de 80 especies locales, con fotografías, propiedades y recomendaciones para una recolección ética.
Además, incluyen alertas cuando una especie se encuentra en periodo crítico según el calendario fenológico. Resulta una aliada especialmente útil para quienes se están iniciando en este mundo y no quieren dañar sin querer el hábitat que tanto admiran.
Como recuerda Javier Galindo, uno de los desarrolladores: “No buscamos sustituir la experiencia de salir al campo con un experto, pero sí ofrecer una herramienta fiable que evite errores comunes. Recolectar no debe ser sinónimo de expoliar.”
Recolección participativa y control de especies invasoras
En contraste con la preocupación habitual sobre el agotamiento de plantas autóctonas, hay ocasiones en las que la recolección responsable puede servir también como una estrategia de control de especies invasoras. Es el caso del hinojo bastardo (Foeniculum vulgare), que si bien es una planta tradicional en muchos hogares murcianos, en áreas sensibles como las ramblas de Cartagena ha comenzado a desplazar especies más frágiles.
La iniciativa “Manos que cuidan”, impulsada por vecinos del entorno del Cabezo Gordo, propone sesiones de extracción manual de hinojo invasor, seguido de su aprovechamiento en cocina y cosmética natural. Al vincular el control ecológico con actividades comunitarias, logran un doble objetivo: eliminar presión sobre el medio y revitalizar el vínculo con el territorio desde un enfoque regenerativo.
El papel clave de los huertos escolares
En Molina de Segura, varios colegios han incorporado pequeñas parcelas de plantas aromáticas y medicinales autóctonas dentro de sus huertos educativos. Allí, los estudiantes cultivan y aprenden sobre especies como el tomillo (Thymus vulgaris), la mejorana (Origanum majorana) o la albahaca silvestre (Ocimum minimum) sin necesidad de acudir al campo.
El proyecto, coordinado por la Red de Ecoescuelas de la Región de Murcia, incluye módulos didácticos sobre los principios de la permacultura, el uso tradicional de las plantas y su rol en la salud de los polinizadores. Además, se les enseña a secar las plantas y hacer infusiones, tinturas o bálsamos naturales. De esta forma, no solo se transmite conocimiento botánico, sino también una conciencia ecológica integral.
¿Y el resultado? Muchos niños han comenzado a “enseñar” a sus familias sobre las buenas prácticas de recolección, generando así un efecto multiplicador más allá del aula.
Formarse para recolectar sin arrasar: talleres, rutas y guías
Otro ejemplo inspirador es el de los talleres organizados por el Centro de Interpretación de la Naturaleza del Parque Regional El Valle y Carrascoy. Estas actividades, abiertas al público general, combinan el senderismo educativo con el conocimiento botánico práctico. En cada salida, se proporcionan pequeñas guías de campo, lupas y consejos de expertos del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario (IMIDA).
Estas jornadas suelen alcanzar completo de plazas en pocas horas, lo que evidencia el creciente interés del público por una relación más consciente con la naturaleza. Como recuerda la botánica Teresa Andreu: “Es mucho lo que se puede aprender sobre una planta observando cómo crece en su entorno. Esa mirada respetuosa es el primer paso para conservar.”
Consejos básicos para una recolección respetuosa
Si estás pensando en iniciarte en la recolección de plantas medicinales por tu cuenta, toma nota de estas recomendaciones imprescindibles:
- Infórmate antes de salir. Usa guías fiables y evita recolectar si no estás seguro de la especie.
- Evita recolectar en espacios protegidos o donde haya carteles de limitación.
- No arranques plantas de raíz ni utilices herramientas agresivas.
- Recolecta solo lo necesario y deja siempre más del 50-70% del ejemplar o población.
- No recolectes plantas en floración o fructificación, momento clave para su reproducción.
- Respeta el entorno: no dejes basura ni pises zonas sensibles.
Y, si tienes dudas, busca colectivos o rutas guiadas donde puedas aprender en compañía de quienes ya conocen el terreno.
Sembrando conciencia, no solo plantas
La creciente popularidad de las plantas medicinales no tiene por qué convertirse en una amenaza para la biodiversidad murciana. Al contrario, puede ser una oportunidad valiosa para reconectar con nuestros saberes tradicionales desde una perspectiva respetuosa y moderna.
Las iniciativas ciudadanas están demostrando que otra forma de recolectar es posible: más lenta, más informada y, sobre todo, más consciente. Porque cuidar de nuestras plantas es también cuidar de nuestra propia salud y de la riqueza natural que define nuestro territorio.
¿Y tú, ya has participado en alguna actividad de recolección responsable? Si conoces iniciativas similares en tu municipio, no dudes en compartirlas. Más manos, más ojos y más corazón siempre serán bienvenidos en la tarea de preservar la flora que nos hace únicos.