Un jardín en el corazón murciano: más allá de lo ornamental
En pleno campus universitario de Espinardo, a escasos kilómetros del bullicio urbano de Murcia, se extiende un espacio verde que es mucho más que un lugar para el paseo. El Jardín Botánico de Murcia, oficialmente perteneciente a la Universidad de Murcia y gestionado por la Facultad de Biología, representa hoy un enclave imprescindible tanto para la conservación de la flora autóctona como para la divulgación científica en nuestra región. ¿Lo conocías?
No es casualidad que este jardín, aunque aún relativamente joven en comparación con otros de ámbito nacional, se haya consolidado como un referente educativo y conservador en el sureste ibérico. Con un clima semiárido tan característico, la Región de Murcia enfrenta enormes retos en materia de biodiversidad vegetal. Frente a esa realidad, espacios como este se convierten en auténticos laboratorios al aire libre que permiten preservar, estudiar y dar a conocer nuestras especies más amenazadas.
Un aula viva para todas las edades
Uno de los pilares fundamentales del Jardín Botánico de Murcia es su vocación educativa. Desde visitas guiadas escolares hasta talleres específicos para colectivos universitarios o asociaciones de jardinería, el jardín acoge actividades durante todo el año. « Queremos que la ciudadanía entienda la importancia de nuestras plantas desde la experiencia directa », explica Carmen Aranda, bióloga y coordinadora del área de divulgación del recinto.
Entre los programas más destacados se encuentra la actividad “Plantas que curan”, donde los participantes pueden descubrir en vivo los usos tradicionales y actuales de especies como el Thymus hyemalis (tomillo de invierno) o la Lavandula dentata (espliego canario), ambas representativas del paisaje murciano. También se imparten talleres de propagación por esquejes, control de plagas ecológico y recuperación de suelos degradados.
Las universidades juegan un papel fundamental. Muchos estudiantes de Biología, Ciencias Ambientales o Ingeniería Agronómica hacen aquí sus prácticas en proyectos reales de conservación, taxonomía o etnobotánica. A través de convenios con institutos y centros de formación, el jardín también se ha abierto como espacio de aprendizaje para alumnos de formación profesional.
Un refugio para las plantas autóctonas y endémicas
Dentro de sus aproximadamente 90.000 metros cuadrados, el Jardín Botánico de Murcia alberga más de 700 especies vegetales, muchas de ellas autóctonas de la Región y otras tantas endémicas del sureste ibérico. Una de las colecciones más valiosas es la de flora gipsícola, que incluye especies adaptadas exclusivamente a suelos con alto contenido en yeso, como el Lepidium subulatum, muy escaso y amenazado por urbanizaciones y actividades extractivas.
Parte de la labor del jardín es la propagación y preservación ex situ de plantas en peligro. Se cultivan ejemplares destinados a la reintroducción en hábitats naturales que han sido degradados o para reforzar poblaciones ya existentes. Estas acciones se realizan en colaboración con la Dirección General del Medio Natural de la Región de Murcia y organizaciones como ANSE (Asociación de Naturalistas del Sureste).
¿Sabías que uno de los pocos ejemplares vivos del Linaria nigricans, una pequeña y delicada especie endémica del entorno de Cartagena, se encuentra protegido aquí, creciendo en condiciones controladas hasta que pueda volver a su hábitat natural?
Un compromiso con la sostenibilidad
En un contexto de emergencia climática, el Jardín Botánico de Murcia no solo se encarga de proteger la flora, sino también de dar ejemplo en materia de sostenibilidad. El riego del jardín se lleva a cabo mediante sistemas de microaspersión y goteo optimizados, y una parte significativa del agua proviene de un sistema de recuperación de aguas pluviales. Además, el compostaje se realiza in situ a partir de restos vegetales.
Con frecuencia, el jardín organiza jornadas de sensibilización sobre el uso responsable del agua en jardinería, fomentando el conocimiento de especies xerófitas —plantas adaptadas a climas áridos— que pueden reemplazar a especies ornamentales muy demandantes en jardines privados y públicos.
“Hemos detectado un creciente interés de los ciudadanos por llevar a sus balcones y patios plantas autóctonas”, comenta Javier Hidalgo, técnico de vivero del jardín. “Y esa es una tendencia que celebramos, porque reduce el consumo hídrico y mantiene vivo el patrimonio vegetal local”.
Un espacio inclusivo y en evolución
El Jardín Botánico no está concebido como un recinto cerrado para expertos o académicos. En sus senderos transitan padres con hijos, fotógrafos de naturaleza, aficionados a la botánica y simples paseantes en busca de sombra y silencio. Además, buena parte de su trazado ha sido diseñado para ser accesible a personas con movilidad reducida, y se ofrecen visitas adaptadas para personas con diversidad funcional.
Desde 2023, el jardín cuenta con una aplicación móvil interactiva que hace posible identificar especies en tiempo real mediante el escaneo de códigos QR distribuidos por el recinto. Esta herramienta, desarrollada por estudiantes del Grado de Ingeniería Informática, también ofrece rutas temáticas: “Plantas medicinales mediterráneas”, “Flora amenazada”, y “Adaptaciones al clima árido”, entre otras.
Cómo puedes implicarte
Una de las fortalezas del Jardín Botánico es el nutrido grupo de voluntariado ambiental que contribuye a mantenerlo activo y diverso. Desde tareas de mantenimiento ligero hasta el acompañamiento en visitas guiadas o el apoyo en viveros, hay múltiples formas de colaborar. El único requisito: ganas de aprender y amor por la flora murciana.
Además, el jardín organiza ferias de intercambio de semillas, en las que puedes llevarte a casa plantas aromáticas locales, cactus autóctonos y hasta semillas recolectadas éticamente de especies de interés. Una manera sencilla de apoyar la biodiversidad desde tu propio jardín o balcón.
- Consulta el calendario de talleres y actividades en la web oficial del Jardín Botánico de la Universidad de Murcia.
- Participa en el programa de voluntariado educativo o de conservación.
- Fomenta el uso de especies autóctonas en el diseño de jardines privados.
- Apoya con donaciones pequeñas proyectos de recuperación de flora en peligro.
Visitar el Jardín Botánico de Murcia no solo es un acto estético o recreativo: es, sobre todo, una oportunidad para ver el medio natural con otros ojos, entender nuestra responsabilidad como ciudadanos y reconectar con un patrimonio vegetal que, aunque a menudo discreto, forma parte esencial de nuestra identidad mediterránea. Porque en cada hoja, en cada flor, hay una historia de adaptación, resistencia y belleza que merece ser contada… y cuidada.